(Por Pablo Burgués)
Una de las cosas que deja ojipláticos a todos los seres humanos que visitan Ibiza es el impresionante color azul turquesa del mar. Pero, ¿te has preguntado alguna vez por qué diablos estas aguas tienen esos tonos tan chupi piruleta?.
Si tu respuesta ha sido afirmativa sigue leyendo este artículo, ya que en él encontrarás la respuesta a toditas todas tus dudas. Si por el contrario tu respuesta ha sido“yo no pierdo el tiempo haciéndome esas estúpidas preguntas”,entonces deja de leer esto, baja al kiosco, compra el Marca y/o el As y sigue exprimiendo tu vida a tope. Y sin más dilación, continuemos con los que nos ocupa.
Hay una creencia muy extendida que afirma que el océano es como un gigantesco espejo y que es azulado porque refleja el color del cielo. Error, error, ya que si esta teoría fuera cierta los días nublados el mar sería blanco como las nubes y esto amigas, no es asín.
La verdad verdadera es que el agua (ya sea del mar, del rio o del mismísimo wáter) no es azul, sino transparente y el color que ven nuestros ojos no es más que un efecto óptico causado por el modo en que la luz incide sobre ella. ¿Cómo te quedas? ¿Tó loco verdad? Bueno, que no panda el cúnico, porque voy a tratar de explicar la movida de un modo más sencillito a ver si así la pillas (y de paso a ver si la pillo yo también, porque es un movidón de cuidado). Vamos al lío.
Al parecer la luz está compuesta por tres colores primarios, verde, azul y rojo y cada uno de ellos tiene una longitud de onda distinta. Cuando la luz choca contra un objeto, dependiendo de su composición química, este absorbe un tipo de ondas/colores y refleja el resto. Las que absorbe no los vemos ya que es como si el objeto se las tragara. Las que no se zampa rebotan en su superficie y llegan hasta nuestros ojos a modo de colores.
Así pues, cuando una cosa es blanca y pura (por ejemplo el Papa Francisco) significa que esta no absorbe ningún tipo de ondas, ya que el blanco no es otra cosa que la mezcla los tres colores primarios a full. Por el contrario, las cosas negras (por ejemplo Darth Vader) no le hacen ascos a ninguna onda y así les va a los pobres, que no reflejan color ninguno.
Volviendo al tema del mar, a pesar de que como hemos dicho el agua es incolora, esta cualidad cambia cuando la encontramos en grandes cantidades y mezclada con sal y carbonato de calcio. Esta combinación de elementos absorbe las ondas largas (rojos, naranjas y amarillos) y refleja las cortas (verdes y azules). De ahí que las partes más profundas del océano sean de un azul muy oscuro y la orilla prácticamente transparente.
En el caso de Ibiza, a todo esto hay que sumarle que sus fondos marinos están repletos de posidonia, una planta acuática que, como todas las plantas decentes, es verde. La combinación de este color con el azul es la razón de que nuestras aguas tengan esos matices turquesa que le dejan a una muerta.
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